El lunes 28 enero de 2019, falleció doña Rocío Vélez de Piedrahíta. Quien no tenga una referencia clara de doña Rocío, seguramente recibió la noticia con la ligereza de quien sabe que la muerte es asunto inherente y natural al ser humano. Lo cierto es que el alma de doña Rocío, tenía cientos de resquicios por donde entraba a gusto el periodismo, la literatura y el arte. Lo cierto es que esta mujer delicadísima, a sus 92 años, enriqueció la bibliografía antioqueña, y la nacional, claro está, con una obra redondeada, donde el pueblo antioqueño se ve retratado a gusto. Lo cierto es que a doña Rocío le tenemos un cariño, a linde con lo filial, y una admiración elemental y pura. Lea también: Rocío Vélez de Piedrahíta, un caso insólito en la literatura antioqueña
Recordemos que nuestra escritora vivió su niñez y juventud al lado de sus padres, en una casa sobre la avenida La Playa, en esta ciudad, escribiendo para entonces pequeños dramas, e historias sencillas, que ella misma ilustraba. Y que sus ancestros, valga decir abuelos, tíos y padres, fueron grandes lectores y cultores del idioma y las artes.
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Estamos hablando de la mitad del siglo pasado. Imagen de Colarte
"Le aportó a la literatura antioqueña nada menos que un estilo costumbrista, claro y sencillo, con un buen manejo de la palabra, lo que la llevó a la academia, y creo que de las mujeres novelistas de Antioquia del Siglo XX, Rocío es inalcanzable", narró para esta casa editorial la maestra de la enseñanza y el correcto uso de la Lengua Castellana, doña Lucila González de Chaves. Para esta maestra, doña Rocío retrató no una época, más bien, una forma humana de ser del antioqueño, una manera de ser de una sociedad. Su escritura particular expresó siempre una rebeldía frente al Estado y al falso patriarcalismo antioqueño, según Ruíz Gómez, y "lo hizo sin vehemencia y con mucha certeza en sus descripciones o radiografías de la sociedad antioqueña", continuó el también columnista de EL MUNDO. Le puede interesar: La Biblioteca Pública Piloto abrirá las puertas a una nueva historia
Partiendo del hecho de que en Antioquia la visión que se ha tenido de la novela es muy regional, Roció Vélez de Piedrahíta, al contrario, nunca fue regional, es dueña de una literatura de la universalidad; de ahí que su aporte a las narrativas propias de este territorio se deba valorar.
En la noche, mi padre, acostado en la cama, lo leía y releía durante largo rato hasta que se quedaba dormido y las páginas sueltas se deslizaban de sus manos para caer sobre la alfombra. De allí lo recogía mi madre, que era también una gran lectora, y alguna noche de aquellas, cuando me acerqué hasta su cama para despedirme y pedirle la bendición, la vi sonreír por algo que estaba leyendo. Eran las crónicas de una escritora llamada Rocío Vélez de Piedrahíta". Y añadió: "Fue así como escuché hablar por primera vez sobre esta mujer, cuyo nombre, un tiempo después, se convertiría en un referente obligado dentro del panorama literario de Medellín y de Colombia". En 2016, la directora de la Editorial de la Universidad Eafit, Claudia Ivonne Giraldo, escribió en Vivir en El Poblado: "Sin alardes, Rocío establece una línea matrilineal en esta Antioquia dominada por las voces masculinas, para que la otra visión del mundo, la de las mujeres, la de los diferentes, la de los segregados, pueda contar también con claridad y con hondura, sus verdades distintas".
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Rocío Vélez de Piedrahíta (Author of La cisterna)
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Medellin, Colombia
Trabaja la novela, el ensayo, la crítica y el periodismo. Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Ha sido columnista de los periódicos El Colombiano, El Mundo y El Espectador. Durante cerca de veinte años publicó crónicas en el Magazín Literario de El Espectador, cuyas piezas fueron recopiladas en dos volúmenes titulados Entre nos. Obras publicadas: Entre nos (1959 y 1973); El hombre, la mujer y la vaca (1960); El pacto de las dos rosas (1962); La tercera generación (1963); La cisterna (1971); La guaca (1977); Comentarios sobre la vida y la obra de algunos autores colombianos (1977); El terrateniente (1980); Por los caminos del sur (1991); Guía de literatura infantil (1983); Literatura en la Colonia: de Rodríguez Freile a Francisco
Trabaja la novela, el ensayo, la crítica y el periodismo. Obras publicadas: Entre nos (1959 y 1973); El hombre, la mujer y la vaca (1960); El pacto de las dos rosas (1962); La tercera generación (1963); La cisterna (1971); La guaca (1977); Comentarios sobre la vida y la obra de algunos autores colombianos (1977); El terrateniente (1980); Por los caminos del sur (1991); Guía de literatura infantil (1983); Literatura en la Colonia: de Rodríguez Freile a Francisco José de Caldas (1994); El sietecueros de Lía (1994); Muellemente tendida en la llanura...
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Es más, fruto de esa tertulia es la obra de doña Sofía Ospina de Navarro, la poeta Olga Elena Mattei también se formó allí, así como María Elena Uribe, el maestro Manuel Mejía Vallejo o el escritor Arturo Echeverri Mejía. Ahí se hicieron también Jaime Sanín Echeverri y Jorge Montoya Toro, según contó Iván de Jesús Guzmán, miembro de la Academia Antioqueña de Historia. Lea también: Apartados de literatura y música en el Hay Festival Medellín
No obstante, dentro de ese grupo existió una facción conformada por grandes escritoras, como María Elena Uribe, Dolly Mejía, Olga Elena Mattei y ella misma, quienes para Darío Ruiz Gómez no fueron reconocidas como se debía, y que "en un momento determinado fueron despectivamente tratadas como señoras burguesas, para no ver la importancia decisiva que para la modernidad nuestra supone su obra". Así es la literatura que dejó
Ella, "un referente obligado dentro del panorama literario de Medellín y de Colombia", como lo escribió la autora María Teresa Ramírez en la biografía autorizada de Rocío Vélez de Piedrahíta, cuyo nombre es Vida y obra anclada en la memoria, fue una escritora "muy representativa" para Antioquia, porque sobresalió en una época en que las mujeres escribían muy poco o eran poco validadas.
Punto de rocio del gas natural
( 1999)
Fuentes
Rocío Vélez de Piedrahíta. Disponible en: Literatura antioqueña Consultado el 27 de febrero del 2015
Rocío Vélez de Piedrahita. Disponible en: Red de Bibliotecas
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Además, entre sus obras se destacan: Entre nos, 1959; El hombre, la mujer y la vaca: un cuento desagradable, 1961; Por los caminos del sur, 1991; El sietecueros de Lía, 1994; Terrateniente, 2004, o Los que se van y no vuelven, 2008. Esa es gran parte de la obra de una de las mujeres más influyentes del siglo XX en Antioquia, una de últimas literatas de la generación de los años sesenta que quedaba, quien hizo de las narrativas locales unos textos estéticos para el deleite nacional e internacional.